Ximo Puig también se inventó un Comité de Expertos del Covid: un documento oficial desvela que nunca existió.
Pedro Sánchez no fue el único que se inventó la existencia de un comité de expertos del Covid: Ximo Puig tiró del mismo truco en la Comunidad Valenciana. El diputado valenciano del PP José Juan Zaplana preguntó el 7 de octubre de forma oficial por la existencia o no del comité autonómico del COVID. Y añadió la pregunta: «¿Qué personas componen ese comité?». La evidencia de que la respuesta permitiría comprobar la veracidad con una simple llamada a los nombres señalados ha llevado al Gobierno de Ximo Puig a contestar y a reconocer que «no se ha formalizado la constitución de un comité de expertos».
La contestación oficial del Gobierno del socialista Ximo Puig sobre el cmité de expertos ha sido firmada el muy reciente 13 de noviembre. Se ha remitido por medio de respuesta escrita al PP en las Cortes valencianas. Y no puede ser más reveladora: «En relación con la pregunta […] se informa a su señoría que sin perjuicio del asesoramiento y valoración previa para la adopción de decisiones, no se ha formalizado la constitución de un comité de expertos». Firmado: «El secretario autonómico de Presidencia», de la Generalitat Valenciana.
La pregunta de José Juan Zaplana planteaba lo siguiente: «¿Tiene el presidente Puig un comité de expertos que le asesore sobre la evolución y decisiones relativas a la situación sanitaria provocada por la Covid-19? De ser así, ¿qué personas componen ese comité?». La respuesta ha sido contundente: nunca existió.
Y nunca existió pese a que ante los medios de comunicación, un 12 de abril, Ximo Puig anunció «la creación de un grupo de trabajo con personas expertas» que asesoraba a la Generalitat valenciana de cara a la desescalada. Justo el momento en el que el Gobierno de Pedro Sánchez también se inventó un comité de expertos inexistente. Puig anunció, de ese modo, «la creación de un grupo de trabajo multidisciplinar integrado por personas expertas de ámbitos diferentes» que asesoraba «en la adopción de medidas o en la realización de propuestas para favorecer la transición hacia la ‘nueva normalidad’».
Comités fantasma
Hay que recordar que ya es el segundo de los comités fantasma. El primero fue el del Gobierno central. Fue usado para aparentar un criterio técnico con el que tapar la realidad de las decisiones puramente políticas durante la fase de desescalada de la primera ola del coronavirus.
La polémica por el inexistente comité de expertos nacional para la desescalada arruinó, de hecho, la línea argumental seguida por el Gobierno de Pedro Sánchez para justificar su ya por aquel entonces cuestionada gestión de la pandemia de coronavirus. El Ejecutivo siempre se defendió de las críticas con el aval de presuntos expertos, cuya identidad en muchas ocasiones no desveló.
Además de los falsos expertos que decidieron el cambio de fase de las comunidades autónomas, el Gobierno tampoco quiso revelar nunca los nombres de quienes le asesoraron en las primeras fases de la pandemia.
El Ejecutivo afirmó desde el inicio que sus decisiones, desde que se tuvo conocimiento del virus -principios de año-, se tomaron siguiendo «el criterio de los expertos». Así consta en las distintas respuestas parlamentarias que el Gobierno dio a los grupos políticos en el Congreso.
La labor de oposición de los partidos era, además, limitada, porque el Gobierno optó por recurrir a respuestas repetidas y predeterminadas para resolver las cuestiones más sensibles. Pero en una de esas respuestas predefinidas, el Gobierno aseguraba sin rubor que el Ministerio de Sanidad había «adoptado medidas en relación al coronavirus desde que se tuvo conocimiento de su existencia en China, a principios de este año».
Así, tras explicar que «desde el 13 de enero», existía «un Comité de Seguimiento del Coronavirus» que se reunía a diario -integrado por los máximos responsables sanitarios, como Salvador Illa y Fernando Simón– se indicaba que «en todo momento, la actuación de España en relación al Covid-19 se ha regido por cuatro criterios».
Estos son, desarrollaba el Gobierno, el «seguimiento diario, a través del comité ministerial», la «máxima coordinación con las autoridades sanitarias internacionales, europeas y las comunidades autónomas», la «total transparencia en la información al conjunto de la sociedad» y «las decisiones basadas en la evidencia científica y el criterio de expertos».
La identidad de esos supuestos expertos que citaba el Gobierno en los estadios iniciales de la pandemia -en los que hubiese sido ya determinante tomar medidas– no se desveló.
Sanidad no reveló el nombre de algunos expertos hasta el 22 de marzo. En concreto, ese día se constituyó el denominado Comité Científico-Técnico, que, según fuentes de Sanidad, mantuvo «encuentros semanales con el presidente del Gobierno durante el estado de alarma y la desescalada».
Dicho comité estaba integrado por seis técnicos, con Fernando Simón al frente. Pero, además de ese Comité Científico-Técnico, Sanidad dispuso de tres grupos más para la gestión de la crisis pandémica.
El segundo se constituyó para enfocar la desescalada. Estuvo liderado por la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, junto al ministro Illa y el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y formado por, explica Sanidad, «equipos de funcionarios de los tres departamentos» que «facilitaron la coordinación del análisis de las propuestas» para el Plan de Desescalada, así como la preparación del documento final.
La polémica surgió en los últimos días por la inexistencia de un «comité de expertos» constituido como tal para la desescalada. Sanidad, que siempre se amparó en el criterio de esos supuestos expertos, dijo que quienes asesoraban al ministro para decidir qué territorios cambiaban de fase eran técnicos del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, de Fernando Simón. En la práctica, no obstante, era Illa quien tenía la última palabra.
Ahora se descubre que la estrategia fue copiada por Ximo Puig.
0 comentarios