Por D.Cubero
La mayor presión migratoria que venimos sufriendo desde hace unos meses es sólo el comienzo de un descarado reemplazo poblacional.
Los europeos asistimos con perplejidad al salto de las vallas de Ceuta y Melilla, mientras en el chiringuito veraniego o en dirección a nuestro centro de alineación (más conocido, como trabajo).
El plan Kalergi y las intenciones del magnate Soros, entre otros, se van cumpliendo al dedillo, gracias al poderoso caballero y a la colaboración involuntaria de la sociedad occidental en su conjunto.
Empecemos denunciando a las ONGs que reciben ingentes cantidades de dinero del mencionado Soros y sus fundaciones. El siguiente vídeo deja bien claro cómo actuan las redes de tráfico de personas en estrecha colaboración con organizaciones no gubernamentales.
PD: Reproducimos a continuación, por su interés, la traducción del texto del vídeo.
Durante dos meses, y usando marinetraffic.com, hemos monitorizado los movimientos de los barcos propiedad de ONGs, y hemos realizado un seguimiento a las llegadas de inmigrantes africanos.
Lo que sucedió es que fuimos testigos de una enorme operación de estafa basada en el tráfico ilegal de seres humanos.
ONGs, contrabandistas y mafia confabulados con los gobiernos, bajo el pretexto de rescatar personas, han embarcado a miles de ilegales hacia Europa.
Los 15 barcos observados regularmente han sido vistos zarpar desde puertos italianos, parar antes de alcanzar la costa de Libia, recoger la mercancía humana y volver a Italia.
Estas son las organizaciones en cuestión:
MOAS
Médicos Sin Fronteras
Jugend Rettet
Save the Children
Open Arms
Sea-Watch.org
Sea-Eye
Life Boat
No importa lo nobles que pudieran ser las intenciones de estas organizaciones: sus acciones son criminales.
Muchos de estos migrantes acabarán en las calles como ilegales causando la desestabilización de Europa, incrementando las tensiones raciales y sociales.
Bruselas ha creado leyes especiales para proteger de cualquier acusación a los traficantes de personas.
Esta legislación afirma que las organizaciones que asisten en rescates en el mar Mediterráneo no deberían sufrir castigo.
Durante los dos meses que duró nuestra observación, monitorizamos al menos a 39.000 africanos que entraron en Italia con el absoluto consentimiento de las autoridades europeas.
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